BRUNILDA REGULA EL TRÁFICO

La obra narra cuatro episodios protagonizados por Brunilda, una bruja simpática y benéfica pero un tanto despistada en la forma de ejercer sus poderes mágicos, lo que la lleva a meterse en situaciones muy complicadas, sobre todo en su relación con las personas corrientes. En esta ocasión sus aventuras se refieren, respectivamente, a lo que le ocurre cuando participa en un maratón con unas zapatillas sobre las que ha lanzado un hechizo de velocidad, sus desafortunados intentos de redistribuir los muebles de su casa a base de magia, sus malas relaciones con el tendero del barrio y un pintoresco intento de dirigir el tráfico para que los niños crucen la calle sin peligro. Las cuatro historias están contadas en tono humorístico, con mucha imaginación y efectos cómicos eficaces por su exageración caricaturesca. El estilo, sencillo, ágil y cuidado, evita el uso de términos vulgares como recurso para divertir. Las ilustraciones, a modo de viñetas, tienden a subrayar con acierto la intención del texto.

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