EL CASTILLO DEL MIEDO NÚMERO. 2: UN JUEGO PELIGROSO

Los padres de Mathieu, un chico que vive en los alrededores de París, aprovechan las vacaciones de verano en Bretaña para visitar abadías, conventos e iglesias medievales de valor monumental. El, sin embargo, prefiere quedarse en el hotel, con los hijos de otra familia que se hospeda en el mismo establecimiento. Mientras, todos ellos juegan al escondite, busca donde ocultarse, estalla una súbita tormenta y un chico desconocido, más o menos de su misma edad, le ofrece refugiarse en un cobertizo. Una especial intuición le aconseja no aceptar lo que parece una amable invitación pero al final la lluvia le convence de quedarse con su nuevo amigo. La acción narra lo que ocurre mientras los dos permanecen encerrados en su interior, en pleno aguacero y como el protagonista consigue escapar de quien le ha tendido una trampa y no le deja salir. Al día siguiente, ya con sus padres, visita un cementerio cuyo guarda le proporciona información interesante sobre los sucesos que vivió la tarde anterior. La obra responde al esquema narrativo propio de un cuento de fantasmas, pero no se excede en recursos de terror para atraer la atención el lector. La autora logra crear una atmósfera inquietante en torno al presunto amigo del protagonista cuya extraña conducta desconcierta y alarma a Mathieu, pero no describe escenas que puedan considerarse de terror. La calidad literaria de los elementos formales, ambientación, estilo, etc y la ausencia de efectos truculentos en el tratamiento argumental permiten que la historia se lea con interés pero sin sobresaltos.

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