LA CENTRAL DE FRÍO

La Central de Frío narra la historia de un alemán nacido en la antigua República Democrática Alemana, (RDA) situada tras el llamado Telón de Acero, en el área de obediencia a la dictadura comunista de la Unión Soviética. En su juventud, trabajó en el mantenimiento de la red de aire acondicionado del edificio del Berlín Oriental donde estaba situada la redacción del periódico Neues Deutschland, órgano oficial del Partido Comunista. Un suceso ocurrido mientras desempeñaba su trabajo hace que veinte años después, cuando vivía en el sur de la Alemania reunificada, deba regresar a la capital, reclamado por su primera exmujer, que se encuentra enferma de cáncer en estado terminal.
Inka Parei (Fráncfort del Meno, 1967) trata en esta novela el tema del impacto que la reunificación alemana, tras el derribo del Muro de Berlín, produjo en la población joven de los territorios orientales al cambiar bruscamente del sistema dictatorial soviético al democrático de la República Federal. A esa radical transformación política y social se añade además, en el caso del protagonista, las consecuencias de la contaminación radiactiva producida por el desastre de la central nuclear de Chernóbil, sucedido en Bielorrusia que de modo indirecto alcanzó al territorio germano. La obra recoge en la trama ambas circunstancias históricas, fundidas en un único desarrollo argumental de un modo que exige continuos cambios de escenario geográfico y frecuentes saltos cronológicos. Con el fin de orientar al lector, Inka Parei se apoya en abundantes referencias a nombres de calles, barrios y ciudades concretos, pero estas indicaciones resultan poco eficaces en el caso de un público que no conozca suficientemente los lugares mencionados. La técnica narrativa, a base de párrafos cortos y frases breves, imprime cierta agilidad a la acción y consigue que la confusión psicológica del protagonista, que no logra situarse plenamente en la nueva sociedad surgida del trasvase Oriente-Occidente, quede reflejada con realismo y de forma eficaz y convincente. En cambio, los elementos de intriga relacionados con la búsqueda de la persona que pudo contaminar radiactivamente a su exmujer y causarle el cáncer, resultan un tanto confusos y no logran encajar por completo en una única trayectoria narrativa con los que atañen a la pérdida de identidad del protagonista, una vez que según expresa textualmente, su pasado “perdió todo su valor” al desaparecer la RDA. Esta fractura estructural no impide que formalmente la novela esté bien redactada y que algunos episodios logren impactar en el lector como muestras de un fenómeno social muy reciente aún y evidentemente doloroso para muchos sectores de población, pero que exige una lectura muy atenta y a veces costosa.

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