LA PEOR BRUJA DE VACACIONES

La peor alumna de la Academia para Brujas de la señorita Cackle se llama Mildred Hubble y estudia segundo curso. Su torpeza es tanta que ni siquiera consigue aterrizar correctamente con su escoba cuando vuelve de las vacaciones de invierno para comenzar el segundo semestre de clases. Su gato, a tono con ella, no es del color negro preceptivo en las brujas, y además se marea cuando acompaña a su ama en la escoba voladora. La directora del centro obliga a Mildred a mandarlo a la cocina a que cace ratones, cosa que no sabe hacer, y a cambio entrega a su alumna un elegante ejemplar, digno de acompañar a cualquier bruja que se precie de serlo. A poco de empezar las clases un mago al que Mildred en el pasado había librado del encantamiento que le había convertido en rana, invita a su salvadora y sus compañeras a pasar una semana en su castillo al borde del mar, como prueba de agradecimiento. En este cuarto episodio de una colección dedicada a narrar aventuras embrujadas, los primeros momentos de las vacaciones en el castillo del mago resultan tan incómodos para la protagonista como su estancia habitual en la Academia, pero de forma inesperada la situación cambia de forma muy favorable. La autora utiliza recursos muy imaginativos para plantear en términos fantásticos el problema real de los alumnos a quienes sus compañeros consideran infradotados con respecto a los demás, ante la pasividad de los profesores para quienes su ineptitud también resulta molesta. Las peripecias de Mildred, narradas con sentido del humor ponen de relieve las cualidades que esta posee y que nadie es capaz de valorar, salvo dos amigas que la quieren y comprenden. Su persistencia en no dejarse dominar por sentimientos de culpa sino de sobrevivir tenazmente al trato impertinente que recibe quedan al final justificados cuando tiene una actuación muy destacada y recibe del mago un regalo que considera ser un amuleto de la buena suerte. Entretenida, bien escrita y animada por unos personajes bien perfilados, la historia está bien desarrollada, tanto en términos formales como de contenido, en función del público al que está dirigida.

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