LIRÓN Y EL CAMINO SECRETO

A Lirón, un niño de casi once años, le llamaban así por ser muy dormilón, pero a él, lo que más le gustaba era soñar, imaginar mundos y criaturas fantásticas. En su pueblo había una ermita con una fuente de la cual partía un sendero muy bonito por el que nunca paseaba nadie más que Lirón. Extrañado, preguntó a su padre por qué un camino tan precioso estaba siempre desierto y quedó asombrado al oír que de la fuente de la ermita no salía ningún camino. La obra narra la aventura vivida por el protagonista cuando al fin la curiosidad vence al miedo y el niño se interna por aquella senda misteriosa. El autor imagina una historia atractiva ambientada en la Tierra de los Sueños, que se halla amenazada de desaparición debido al robo del Libro de los Cuentos, guardado en el palacio real y robado por dos vasallos del Señor Tenebroso. El tema no resulta original pero la acción cuenta con episodios variados, bien encadenados, donde Lirón y su amigo Oso, que le sirve de guía, viven aventuras emocionantes donde se mezclan con acierto la magia y la intriga. La ambientación y los personajes responden a los esquemas clásicos de los cuentos infantiles y el estilo, aunque no presenta una elaboración literaria cuidada, se lee con facilidad. El autor señala que el mundo de los sueños sólo existe gracias a los soñadores y que personajes como las hadas o los animales que hablan y piensan, necesitan ser imaginados para cobrar vida. En consecuencia, invita a sus lectores a dejar en libertad su capacidad fabuladora, tanto si duermen como si están despiertos.

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