NOCHES EN BLANCO Y BESOS EN EL DESAYUNO

Matteo Bussola se define ante todo como padre. Nacido en Verona en 1971, la llegada de su hija Virginia treinta y cinco años después le hizo replantearse su estilo de vida que hasta entonces, y según él, había sido algo inconstante. El nacimiento de Ginebra y más tarde el de Melania le colocó definitivamente en el lugar que quería estar. Su casa en el Véneto pasó a ser su centro de operaciones. Desde allí envía los cómics a la editorial para la que trabaja y con los que puede decir que mantiene a su familia sin estrecheces, pero sin una cuenta bancaria demasiado holgada. Sus horarios, en función de su ocupación principal, sus hijas, se desarrollan a lo largo de momentos imprevisibles. Puede ocurrir que pase las noches en blanco, pero que se compensan con desayunos adornados con besos.
Aprovechando apuntes de su vida cotidiana y el anecdotario familiar Matteo Bussola escribe un libro simpático en el que la implacable lógica infantil toma todo el protagonismo.
Noches en blanco y besos en el desayuno es un título adecuado para resumir la historia actual del propio autor mientras va moldeando su personalidad hacia actuaciones y sentimientos más buenos.
La brevedad de las anécdotas, reflejo de la inmediatez y la sencillez de todo razonamiento infantil, se acompaña de algunas ideas del propio autor sobre la filosofía cotidiana de la vida, ligeramente elaboradas expuestas con cierto lirismo y sentido del humor, pero con relajación moral.
Sin una destacable calidad literaria, Matteo Bussola escribe su primer libro con un lenguaje simple y sencillo con numerosos diálogos que aligeran la lectura. Las relaciones paterno-filiales que refleja resultan enternecedoras y pone en valor la familia, la simpatía de la calidez infantil o el amor generoso y desinteresado.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa