NUDA, LA HIJA DE LA LLUVIA

Lia y Kani, dos hermanas que viven en un poblado muy primitivo, sin agua corriente y sin calles asfaltadas, van camino del pozo comunal para ver si se ha llenado con la lluvia del día anterior cuando oyen un ruido, salido de entre unos matorrales. Juntas, se acercan con prudencia a ver qué sucede y encuentran allí escondida a una niña pequeña, más o menos como ellas que tienen seis y ocho años respectivamente. Lo sorprendente de su hallazgo es que la desconocida está completamente desnuda y no dice ni una sola palabra. A pesar de todo, se la llevan con ellas a su cabaña, donde su padre la acoge sin poner inconvenientes. Sin embargo el resto de los habitantes de la aldea no están conformes con su conducta, los niños no la dejan participar en sus juegos como ella intenta e incluso el hechicero local le niega la ceremonia de imposición de nombre. El autor narra una historia breve a base de frases cortas y palabras de uso común para poner de manifiesto el error que supone rechazar a alguien por su aspecto o por sus orígenes. Nuda es marginada no por razones reales, derivadas de su conducta, sino por sus orígenes desconocidos y por su actitud opuesta a la injusta discriminación de los niños frente a las niñas. El apoyo que le prestan las protagonistas, hasta que desaparece misteriosamente, da lugar a que parte de los niños de la aldea entiendan lo absurdo de los prejuicios que están detrás de ciertas costumbres ancestrales, acatadas sin poner en duda su validez actual.

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