QUE TODO SEA COMO NUNCA FUE

Que todo sea como nunca fue de Joachim Meyerhoff es una novela de carácter autobiográfico, contada en primera persona por el protagonista, hijo menor del director de un hospital psiquiátrico de más de 1200 niños y adolescentes, donde crece junto con sus dos hermanos. Él es hiperactivo e irascible, admira a su padre y corre todo tipo de aventuras en compañía de su perro y la presencia de personajes de tan peculiar entorno, moviéndose entre el asombro y la perplejidad ante un mundo de discapacitados físicos y mentales. El sufrimiento ante el encubierto conflicto matrimonial de sus padres que culmina en separación junto a alguna dolorosa pérdida marcará profundamente su existencia de modo agridulce.
Meyerhoff escribe sin orden cronológico, espigando anécdotas desde la mirada de un niño y desvelando un repertorio de secundarios a cual más pintoresco. El libro rezuma verosimilitud al reflejar las memorias del autor en las que hay humor, ternura y algún apunte poco ético, todo dibujado con el filtro de la compasión. Con una narración ágil y diálogos eficaces se describe la vida de un psiquiátrico reuniendo secuencias de sus habitantes, divertidas y profundamente humanas la mayoría, si bien hay ramalazos de amargura, aunque Meyerhoff no incide en detalles excesivamente duros o escabrosos. Una trama, real como la vida misma, que con una temática inusual y en apariencia, poco atractiva, encierra reflexiones de cierto calado. El libro ha sido finalista del Deutscker BuchPreiss y del Ingeborg-Bachmann-Preis.

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