TAFITI Y EL VIAJE AL FIN DEL MUNDO 

Tafiti vive en una llanura de tierra roja, hierba amarilla y algunos grandes árboles, un territorio muy apropiado para la vida de un suricato como él. En su madriguera que comparten sus padres, hermanos y abuelo reina un ambiente muy grato y seguro pero a Tafiti eso no le basta porque lo que más le apetece es averiguar qué hay más allá de la colina alta que limita la llanura. Su familia le advierte que es demasiado pequeño para llegar allí y correr el riesgo de encontrarse con alguna fiera peligrosa pero a pesar de todo, su curiosidad se impone y un día decide escaparse y emprender el viaje. Las primeras horas de recorrido son tranquilas pero cuando se acuesta a descansar y a dormir un rato, se despierta asustado al ver casi a su lado a un león que está a punto de devorar a un cerdo salvaje. Pese a su miedo, el suricato convence al león de que le cambia al pobre cerdo por un rico pastel de su abuela que lleva en su saco de viaje y mientras la fiera olfatea el dulce los dos salen corriendo cada uno por su lado. A partir de ese momento viajan juntos, se ayudan mutuamente para superar varias situaciones difíciles que surgen en el camino y se convierten en amigos. La autora narra una bonita y divertida historia de amistad y compañerismo a la vez que pone de manifiesto que al otro lado de la colina hay una pradera idéntica a la que ya conocía. Sin embargo el viaje le ha proporcionado un nuevo amigo, al que invita a instalarse en su madriguera con su familia y le ha enseñado lo que le gusta volver al lugar donde vive. La cuidada redacción del cuento y los valores que encierra su contenido quedan realzados por lo acertado de las ilustraciones que lo acompañan.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa