UN ALTAR PARA LA MADRE

Novela de ambiente rural que refleja el impacto que la muerte de una madre ya anciana produce en su marido y sus hijos, todos ellos campesinos de una región remota del norte de Italia.
La obra, narrada en primera persona por uno de los hijos, recuerda su vida de mujer analfabeta, trabajadora infatigable, ahorradora hasta extremos inimaginables y de una sobriedad y entereza como sólo puede darse en una vida solitaria, aislada y ajena a cualquier noción de ocio o diversión. Cuidar de su familia y su tierra era para ella su deber y su satisfacción, sin plantearse otras alternativas. Apenas deja herencia, salvo algunas fotografías borrosas, pero su recuerdo permanece imborrable en quienes la conocieron, en especial en el hombre cuya vida salvó valientemente en tiempos de guerra y ocupación por parte del ejército enemigo. La acción constituye un homenaje dedicado a alguien que no tenía ni belleza ni elegancia ni cultura pero que era esencialmente bondadosa y digna y cuya huella perdura en sus descendientes de modo imborrable. Tras el entierro, el marido decide erigir un monumento en su memoria, allí donde ocultó al extranjero perseguido por los alemanes. En el interior, trabaja para instalar un pequeño altar que reviste de cobre con sus propias manos y que será bendecido por el párroco del lugar como monumento funerario. La trama, elaborada con sencillez formal, evoca un mundo agreste, duro, casi intemporal, salvo breves referencias históricas y sociales, pero dotado de una gran fuerza expresiva en su desnuda belleza. Tras la aspereza exterior se aprecia una gran riqueza de sentimientos nobles y un espíritu cristiano cuya máxima expresión se alcanza cuando el viudo acepta que el altar que construyó para su mujer pase a ser para Dios. La reforma litúrgica impuesta por el concilio Vaticano II hizo necesario poner en la parroquia local un altar cara al pueblo para el que no había dinero y se recurrió al de la madre, trasladado al templo. La obra, gran cuadro rural y excelente galería de sentimientos, transformados en materia literaria de primera calidad, obtuvo en 1978 el premio Strega .F. Camon nació en un pequeño pueblo véneto en 1935, ha ejercido profesionalmente el periodismo y cuenta con numerosos libros publicados.

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