UN SEÑOR MUY RESPETABLE

Narra esta novela la trayectoria vital de un hombre que, desde sus humildes orígenes, se esfuerza por ascender dentro de la burocracia estatal de El Cairo, aun a costa de renunciar a cualquier satisfacción personal. Cuando parece alcanzar el éxito, fracasan sus intentos de constituir una familia.
El premio Nobel egipcio ha vuelto a crear una novela realista con una cierta proyección psicológica y social. Su protagonista es un funcionario ambicioso pero sin influencias, que se ve obligado a ser discreto, servicial y paciente, y a fuerza de años de autodominio se vuelve también egoísta y cruel. La obra está bien escrita, acierta a crear ambientes y personajes dotados de personalidad propia, las situaciones son convincentes y el estilo, sencillo y pausado, es de una claridad reflexiva, teñida a veces de lirismo poético. Sin embargo, por temática y por técnica, se nota que fue escrita hace ya tiempo (1975) y que está bastante al margen de los gustos y tendencias actuales.
El autor hace ver que en una sociedad injusta el precio a pagar por la respetabilidad pública puede ser la propia vida, y que alguien que parece honesto y competente puede ser, en el ámbito privado, innoble, poco generoso, despiadado y mentiroso. Mahfuz parece querer decir que, si se es pobre, hay que elegir entre ser respetable y ser feliz, y al final acaba por no lograrse ni una cosa ni otra plenamente. Fatalista y melancólico, encierra un fondo de escepticismo que le impide ser amargo y destructivo en exceso, o extenderse en los aspectos más sórdidos de la historia que narra.

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