EL ANGEL GORDO

El protagonista de este cuento es un ángel que baja por primera vez a la Tierra, en Sevilla, para custodiar a un ser humano. Su afición a los dulces le causa graves problemas y tiene que refugiarse en un convento de monjas carmelitas, por indicación del obispo, para que le pongan a dieta y pueda volver a volar. La obra, escrita con marcado acento de humor esperpéntico, narra una sencilla, ingeniosa y divertida historia de aventuras, referida a los problemas que puede causar la glotonería. Sin embargo, la buena intención educativa que encierra su contenido queda disminuida por la desacertada elección de protagonista realizada por el autor. Definido el ángel en la frase inicial del texto como “lelo”, su figura da una imagen sobre la naturaleza y misión los espíritus angélicos que resulta un tanto ridícula. Por muy claro que quede su carácter fantástico y bromista, la obra puede desorientar en este sentido a los pequeños lectores a los que va dirigida. Las ilustraciones, aunque de buena calidad técnica, no son, tampoco, apropiadas para la mentalidad y gusto infantil.

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