EL MAL MENOR.

EL MAL MENOR.

ÉTICA POLÍTICA EN UNA ÉPOCA DE TERROR

21,90 €

  • Editorial: TAURUS
  • Año de edición:
  • Materia: Política. Generalidades
  • ISBN: 978-84-306-1970-2
  • Páginas: 296
  • Encuadernación: Rústica
  • Colección: Pensamiento
  • Idioma: Español

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Michael Ignatieff, conocido político y politólogo canadiense, se encuentra preocupado por la deriva de la esfera y el discurso político. Y le preocupa las amenazas que se ciernen sobre nuestro sistema de derechos y libertader porque es un convencido defensor de la democracia liberal. En sus últimos ensayos - como en el titulado Las virtudes cotidianas- reivindica la importancia que tiene para el análisis político los principios morales, lo que supone una aportación positiva a la teoría política contemporánea. La editorial Taurus está reeditando su obra, de gran interés.
En el caso de El mal menor, publicado por primera vez en 2004 y con el telón de fondo del atentado contra las Torres Gemelas, Ignatieff reflexiona sobre la antítesis que se produce hoy entre democracia, entendida como una forma política que destierra de la violencia, y el terrorismo, que, por el contrario, concibe como una forma de hacer violencia con sentido político. A pesar de que, desde un punto de vista teórico, las cosas están claras, lo que se pregunta es cómo deben las democracias que responder a la amenaza terrorista, cada vez más acuciante. ¿Está todo justificado para hacer frente al terror? ¿Hay límites morales, más allá del pragmatismo?
El libro publicado hace años no ha perdido un ápice de actualidad. Al contrario, sus reflexiones son más actuales que nunca. El pensador canadiense es realista a la hora de reconocer que no hay victoria definitiva frente al terrorismo y que hemos de aprender a convivir con él. Pero también es claro al reconocer que la democracia no puede renunciar a sus valores morales para defenderse, ya que, si lo hiciera, renunciaría a su propia forma de ser. Tenemos, pues, que descubrir la manera de vivir con esa amenaza “sin destruir nuestro sistema moral”. Y advierte tanto de las ofertas políticas que mienten a la hora de ofrecer “soluciones definitivas” para vencer al terrorismo, como de las recetas fáciles que conculcan el entramado axiológico de nuestro sistema democrático.
El autor busca ofrecer un marco más amplio y profundo para examinar y reflexionar sobre problemas acuciantes y que preocupan a la opinión pública. Su reflexión demuestra que algunas de las decisiones tomadas en los últimos meses, como las expulsiones, la detención arbitraria, las prohibiciones de entrada, etc., no solo son ineficaces políticamente, sino también dudosas desde el prisma ético de la democracia. Es más: de acuerdo con Ignatieff, esas decisiones son las que erosionan, mucho más profundamente que el terrorismo que pretenden combatir, nuestro sistema de derechos y libertades, al violar los valores en los que se basa el ejercicio de los poderes públicos, debilitando la confianza de la ciudadanía en ellos.
Esto no significa que la democracia no tenga instrumentos para defenderse. Ahí está, por ejemplo, la posibilidad de decretar el estado de emergencia o la suspensión de derechos. Se trata, en cualquier caso, de decisiones últimas. O de un “mal menor”, por emplear el título del libro. Para Ignatieff, en esos casos, siempre polémicos, lo que hay que garantizar es la posibilidad de crítica y su carácter público. Ensaya, de ese modo, un punto intermedio, flexible y frágil, como es propio de la democracia, entre el prohibicionismo absoluto y el pragmatismo. Porque, a su juicio, lo que protege la democracia es lo que denomina “revisión contradictoria” y los procesos de toma de decisiones.
Además de señalar cuáles son las formas éticas de contrarrestar el terrorismo, se pregunta el político canadiense si hay alguna forma de evitarlo. Los grupos terroristas tienen la pretensión de monopolizar la injusticia, de forma que se convierten en supuestos líderes en contra de la opresión y defensores de los oprimidos. Lo más eficaz sería que las democracias actuales se ocuparan de las injusticias, para desacreditar y deslegitimar a las organizaciones terroristas.
En un contexto como el actual, en el que abundan las respuestas fáciles y simplistas, Ignatieff recuerda que la libertad tiene fundamentos éticos que hay que proteger. Convencido demócrata, su libro es especialmente recomendable para persuadir de su error a quienes se adscriben al extremismo, de uno u otro signo, y para profundizar en lo que implica el compromiso con los valores de la democracia liberal, que muchos cuestionan.

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