- Editorial: UNIV. PUBLICA NAVARRA
- Año de edición: 2020
- Materia: Temas locales
- ISBN: 978-84-9769-356-1
- Páginas: 192
- Encuadernación: Rústica
- Colección: < Genérica >
- Idioma: Español
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Tras un intento fallido en 1834, a principios de 1836 tres valles pirenaicos navarros (Aezkoa, Roncal y Salazar) y Valcarlos, en la línea de que el mejor modo de combatir a los carlistas era contrarrevolucionar la Navarra contra la Navarra y de que el país debía pacificarse por el mismo país, se pronunciaron con éxito contra los partidarios de don Carlos. Para ello se dotaron de juntas de armamento y defensa, movilizaron a más de dos millares de hombres bajo el mando de militares profesionales paisanos suyos y formaron la denominada Confederación Liberal de la Montaña de Navarra. Su ejemplo influyó en que otros valles (Baztan, Erro, Esteribar, Ultzama, Arce, etc.) sopesaran seguir sus pasos y que en Sangüesa se creara otra de esas juntas.
El apoyo de la población del país confederado al alzamiento anticarlista fue bastante generalizado y sus autoridades hicieron gala de su compromiso con el bando de la reina, la Constitución, las libertades patrias y la causa nacional.
Con la ayuda del Ejército y de los cuerpos francos de Navarra los valles pronunciados y Valcarlos, entonces enteramente vascófonos, lograron controlar su territorio durante casi dos años y dificultar así los contactos de los carlistas navarros con Francia y con sus correligionarios aragoneses. Cuando en el otoño de 1837 aquellas fuerzas se retiraron, la comarca, excepto Valcarlos, pasó a manos de los carlistas, que reprimieron duramente a sus habitantes.
La impronta liberal de estos valles, sobre todo del de Aezkoa, dio lugar a un singular microclima socio-político que pervivió hasta la guerra civil de 1936-1939, lo que corrobora la necesidad de matizar la presunta absoluta hegemonía del carlismo en Navarra en el espacio y el tiempo.
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