LA DOBLE VIDA DEL SEÑOR ROSENBERG

El señor Rosenberg es un típico millonario americano, hecho a sí mismo, que posee unos grandes almacenes en Nueva York, emblemáticos por lo bien gestionados que están. Los empleados soportan una exigencia profesional muy alta lo que crea un clima laboral muy tenso y provoca frecuentes despidos. En este ambiente Fabrizio Silei (Florencia, 1967) enmarca una trama que combina intriga y crítica social y que se desarrolla a lo largo de un año tan significativo como fue 1929. La acción refleja el contraste entre la riqueza que posee el dueño de los almacenes y la miseria en que viven, incluso antes de producirse el crack financiero, los habitantes de los barrios más pobres. Frente a la fachada opulenta de la Gran Manzana, en zonas como Harlem y Bowery y en los subterráneos del alcantarillado y de estaciones de metro en desuso se hacinaban indigentes, vagabundos y familias en paro, en condiciones increíbles. Un misterioso personaje llamado Serge Born, siempre acompañado de una niña de grandes ojos verdes y labio leporino, hace lo posible por aliviar la pobreza de una multitud de desamparados entre los que figuran algunos de los despedidos por Rosenberg. Este planteamiento, de un hiperrealismo impactante, da lugar a situaciones de notable dureza descriptiva. Sin embargo la figura del mencionado benefactor, un vendedor ambulante pobre también pero generoso en su diligencia para buscar ayudas al prójimo pone una nota de amistad y comprensión que en parte compensa el egoísmo reinante en otros personajes. Tras el hundimiento de la Bolsa y la ruina de Rosenberg, el argumento da un giro sorprendente hacia el misterio que no parece muy verosímil pero logra un efecto novelístico interesante. Escrita con estilo cuidado la obra está bien elaborada en sus aspectos técnicos y formales pero la temática que plantea parece inadecuada para un público que por edad no está en condiciones de tener conceptos claros al respecto.

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