LA FALSIFICACIÓN

Una joven ejecutiva norteamericana indica a una aristócrata inglesa cómo puede cancelar una deuda, contraída a causa de una herencia, sin tener que vender su valiosísimo cuadro de Van Gogh. Pero el millonario para el que aquélla trabaja no está dispuesto a perder la oportunidad de hacerse con el cuadro y contrata a una asesina sin escrúpulos, que se dedica a eliminar a cuantos estorban al malvado empresario, para que le solucione también este problema. Por su parte, un policía inglés sospecha que la joven está involucrada en los negocios sucios de su jefe y comienza a vigilarla.
La obra enlaza muchos y variados episodios con un ritmo cuyo dinamismo no decrece, aunque nunca resulta excesivamente rápido, ya que conserva algo de la consabida flema británica. Los elementos literarios quedan reducidos al mínimo, estilo y vocabulario son simples y asequibles, la intriga resulta entretenida y se ofrecen al lector algunos detalles curiosos sobre el mundillo de los coleccionistas. El enfrentamiento de los protagonistas con el perverso comerciante se lleva a cabo en términos de inteligencia e ingenio, por lo que quedan sin describir los detalles violentos, siempre, además, ordenados por aquél. Un cierto fondo permisivo en la conducta de los personajes centrales queda sólo insinuado.

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