LAS TRES CARAS DE LA LUNA

Standish, un adolescente de quince años, vive con su abuelo en una zona marginal donde son exiliados los no adeptos al brutal régimen gubernamental llamado Patria. Con sus padres desaparecidos, sin apenas comida, y controlado férreamente, apenas puede sobrevivir. La llegada de Héctor, con el que entabla una entrañable amistad, da sentido y esperanza a su oscura existencia. Ambientada en una ciudad alternativa británica en 1950, la historia, con rasgos de novela distópica, se centra en la relación casi fraternal de los dos amigos, que se refugian en la fantasía como vía de escape a la dura realidad. Narrado por el propio Standish, en un estilo ingenuo y lleno de encanto, el relato atrapa de principio a fin por la fuerza de los personajes y por el escenario sobrecogedor en que se sitúa una trama de contenido profundamente humano y familiar, dura en muchos momentos, pero esperanzada y sin excesivo dramatismo. La autora retrata una sociedad que recuerda al holocausto nazi, con persecuciones y leyes tan intimidatorias que convierten lo cotidiano en un infierno, e impiden pensar en un posible futuro. Inquietante, con escenas desgarradoras y suspense hasta las últimas páginas, el cariño y la lealtad entre los dos muchachos cala muy hondo en el lector, e invita a reflexionar sobre capacidad de encontrar lo mejor de sí mismo hasta en condiciones infrahumanas. Un desafortunado comentario en las últimas páginas del libro estropea el buen tono de la obra.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa