LOS OTROS SON MÁS FELICES

Aurea es una adolescente manchega que va a pasar un verano a Figueras a casa de unos parientes ricos, los Soley, en la década de los setenta. Allí, aparte del mar, descubre la elegancia, la cultura, el arte y otro modo de vivir que le abre los ojos para siempre. Más tarde, estudia Bellas arte y se casa con un inglés, aunque su matrimonio fracasa. También su padre se ha separado y vive con otra mujer. Aurea, que siempre andará entre dos mundos -su familia y los Soley- se volverá a encontrar varias veces con sus parientes y descubrirá que no eran tan felices como parecía. La joven es prototipo de una generación española que recibió una educación muy concreta y que, ansiosa de libertad, se lanzó de plano al aperturismo en todos los sentidos.
La autora escribe ágilmente recreando un dialogo dirigido a una amiga en el que evoca sus recuerdos y construye la historia. Un retrato costumbrista o crónica familiar ambientado en la época franquista, que plasma con detalles y pinceladas expresivas un modo de vivir y pensar muy típico, con muchas verdades y algún tópico, pero que se aproxima bastante a una mentalidad llena de convencionalismos y clasismos, aunque también con virtudes. Se trasluce claramente la ideología de la autora aunque, hábilmente, sobrevuela los temas espinosos y de dudosa moralidad sin ahondar en ellos. El lenguaje recurre con frecuencia a términos catalanes que aportan viveza y verisimilitud a la trama.

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