LA PERLA DEL GRECO

La íntima relación del pintor cretense Doménico Theotocópuli con la ciudad de Toledo queda reflejada en esta obra a través de un relato inspirado en los últimos años de su vida. La acción se inicia en 1604, protagonizada por un huérfano de unos diez años que pide limosna a la puerta de la iglesia toledana donde se celebra el bautismo del nieto del Greco. El padrino, un distinguido caballero, lo contrata como recadero y con el paso del tiempo se convierte en su criado de confianza. Cuatro años después, en 1608, le encarga que se ocupe de atender a su amigo Theotocópuli que se encuentra solo, viejo y con problemas económicos, hasta su muerte, en 1614. Así nace una relación personal muy profunda entre ambos y es el joven servidor quien sugiere al pintor la realización del famoso cuadro titulado “Vista y Plano de Toledo”. La autora se atiene con fidelidad al fondo histórico de hechos, lugares y personas, todos reales salvo el protagonista y otro personaje muy secundario. Su propósito de fundir rigor histórico y ficción narrativa da lugar a un relato muy bien escrito, con una excelente ambientación y muchas y adecuadas referencias a la época y a la significación artística del Greco. Lo acertado del texto, en cuanto a dar a conocer al público infantil la figura que centra la trama, se completa con la extraordinaria calidad de las ilustraciones. Su autor reproduce en ellas ciertas técnicas del modo de pintar del Greco, sobre todo en lo que a rostros humanos se refiere, fundidas con su propia personalidad creativa de una forma que produce excelentes resultados estéticos.

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