él tiene un tipo severo de síndrome de Treacher-Collins
complicado con otro desconocido que hace que su situa-
ción particular sea especialmente rara.
¿
Cómo surgió la idea de los preceptos del señor
Browne?
Cuando tenía trece o catorce años, comencé a coleccionar
refranes y proverbios. No estoy muy segura de por qué o
cómo, pero recuerdo queme gustaban y pensaba que eran
geniales. Mi favorita era “la fortuna sonríe a los audaces”.
Por otra parte, en el instituto yo tenía un maravilloso
profesor de inglés llamado señor Browne y, aunque nunca
nos enseñó proverbios, era el tipo de profesor que lo
habría hecho. Era muy alto y tenía una barba rubia. El
señor Browne en el libro es un guiño a mi profesor del
instituto. Espero que lea esto.
Parecía como si el libro se estuviera escribiendo sólo en mi
cabeza en aquel trayecto de vuelta a casa. Escribiría la
historia desde el punto de vista de un niño. Así ayudaría a
la gente a comprender, no a sentir pena. El niño diría “soy
como tú, soy un chico normal, excepto por una cosa”. Y
llamaría al libro
Wonde
r (maravilla) porque este chico es
maravilloso.
¿
Puedes hablarnos sobre la investigación que
hiciste de la enfermedad de August?
Pasé primero varias semanas investigando sobre anoma-
lías genéticas faciales en niños. No quiero llamarlo defor-
midades porque creo que es una palabra fea, una palabra
innecesaria. Hay muchos síndromes, todos con unos
grados distintos de anomalías. No es un tema agradable
sobre el que investigar por lo que decidí no centrarme
mucho en el libro sobre la enfermedad pero en mi cabeza
ENTREVISTA
SL
TR
OA
11