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IMPRESCINDIBLES DE BIBLIOTECA

Nikolái Gógol

18

TROA

Nórdica celebra

el número 100

de su colección

Ilustrados con

está magnífica

edición de un

clásico inolvi-

dable.

A

quien lea

Las almas muertas

no le será fácil

olvidar al protagonista, Chichicov. Un hombre sorprenden-

te para una historia disparatada. Comienza con su llegada

a N, una ciudad a la que el autor no quiere dar nombre,

situada entre Moscú y San Petersburgo, en la época de los

zares.

Chichicov se propone comprar almas muertas, como

se llamaba a los siervos fallecidos pero que no habían sido

eliminados del registro. Sus señores todavía tenían que

pagar impuestos por ellos y Chichicov supone que se los

cederán por poco dinero. Piensa que si acredita poseer al

menos cuatrocientas almas, con este aval conseguirá el

crédito que necesita y no le será difícil medrar y abrirse

camino en la sociedad. Al parecer la idea original se la

sugirió

Pushkin

, el gran iniciador del siglo de oro de la

literatura rusa (S. XIX).

Con este argumento simple y tramposo, Gógol

construye una novela en la que muestra las miserias del

pueblo ruso. A través de las menudas andanzas de un

minúsculo Chichicov y de los ruines que lo rodean, Gógol

hace una crítica acida, sarcástica, y a veces demoledora de

las gentes y costumbres de la Rusia de su tiempo: corrup-

ción, codicia, mentira, pereza, desaliño, bulos…

En muchos momentos el lector se verá inmerso en

una multitud de detalles nimios y banales. Pero Gógol

subtituló su obra como poema… porque su intención al

criticar esa vida vulgar y miserable, es sublimarla: construir

un mundo mejor, una sociedad más limpia y menos

viciada.

Gógol quiso hacer una trilogía: en la primera,

Las

almas muertas

, aparecía la parte más ruin del pueblo ruso.

En la segunda, que quería titular

Las almas blancas

,

aparecería la generosidad y la grandeza del pueblo ruso, su

capacidad de hacer el bien. Las almas muertas se corres-

pondería con el infierno de la

Divina Comedia

, la segunda y

tercera parte con el purgatorio y el cielo de

Dante

. Pero las

tormentas interiores de un Gógol apesadumbrado por

complejos temores religiosos, le llevó a destruir la parte

segunda y dejar el proyecto.

Los autores del siglo de oro ruso, de

Pushkin

a

Dostoievski

, pasando por

Gógol

y

Tolstói

, no sólo son

maestros por su buena pluma y por su fuerza dramática,

sino por su modo de plasmar el alma humana, con sus

pasiones, sentimientos, miedos, rencores, anhelos… Por

eso sus obras no envejecen. Y por eso son tan recomenda-

bles.

Un buen contrapunto a la lectura de

Las almas

muertas

, sería otra obra bien distinta de Gógol,

Tarás Bulba

.

Una novela histórica ambientada en el Siglo XVI, con

valientes cosacos y enormes estepas, que ha sido llevada

varias veces al cine. La primera fue protagonizada por Yul

Bryner (Tarás Bulba) y Tony Curtis (el hijo de Tarás, Andrei).

Polacos y turcos luchan por la hegemonía de las tierras de

Ucrania; los eslavos vencen por la ayuda de los cosacos,

capitaneados por Tarás Bulba. Una película de guerras

encarnizadas, con una fuerte carga dramática con el

vencedor enfrentado a su hijo.

La editorial

Nórdica

ha tenido el acierto de

celebrar su número 100 de

Ilustrados

con esta

esmerada edición, en la que se han cuidado todos

los detalles: la acertada traducción de

Marta

Rebón

, las sugerentes ilustraciones de

Alberto

Gamón

, las abundantes notas de

Ferrán Mateo

, la

maquetación… y hasta la apostilla que señala que

“se terminó de imprimir el 10 de febrero de 2017,

aniversario del fallecimiento de Alexander Pushkin“,

que pone punto final al texto.

Nikolái Gógol,

ucraniano nacido en 1809 en

Sorochyntsi, en una familia de la baja nobleza rural.

Marcado por la muerte de su padre cuando sólo tenía

quince años y más aún por la influencia de su madre.

Ésta le transmitió la fe cristiana ortodoxa y vivió

siempre con firmes convicciones religiosas. Pero

también heredó los temores de un alma atormentada,

en la que pesaban excesivamente las culpas. En 1928

marchó a San Petersburgo para estudiar y abrirse

camino. Trabajó como burócrata en la administración

zarista, tema para alguno de sus relatos. Impartió

clases de Historia medieval en la Universidad. Y

conoció a su admirado Pushkin del que se hizo amigo

y que le animó a escribir.

Publicó varios relatos que transcurren en San

Petersburgo, como

La avenida Nevski

,

Diario de un

loco

,

El capote

y

La nariz

, este último adaptado como

ópera por Dimitri Shostakóvich. Le dio fama una

comedia,

El inspector,

publicada en 1836; por ser

marcadamente satirica le generó problemas y tuvo

que emigrar a Roma. Paso cinco años en Italia y

Alemania. En esos años escribió

Las almas muertas

,

cuya primera parte se publicó en 1842, y la novela

histórica

Tarás Bulba

. Impulsado por sus creencias, en

1848 Gógol hizo una peregrinación a Jerusalén. Al

volver decidió abandonar la literatura para concen-

trarse en la religión y quemó lo que había escrito de la

segunda parte de Almas muertas diez días antes de su

muerte el 4 de marzo de ese año en Moscú. Se han

podido recuperar algunos fragmentos de esa segunda

parte que han sido publicados.

Las almas muertas Nórdica |34,95 €

Gógol vive en

“Las almas muertas”