LAS ABEJAS

La vida de una colmena está rígidamente estructurada. Cada abeja tiene un papel y un rango establecido desde el momento de su nacimiento. Al grupo de las Flora les corresponde asumir el nivel más bajo del estamento social y se dedicarán a la limpieza de toda la colmena. No serán capaces de hablar y su inteligencia es limitada. Sin embargo, la asignada con el número 717, excepcionalmente logra comunicarse. Sus antenas captan sonidos y aromas que le hacen diferente al resto de sus hermanas. Su curiosidad la llevará a desenvolverse entre los demás niveles sociales burlando, casi a pesar suyo, las estrictas leyes que rigen la comunidad. En su audacia llegará a conocer a la Reina en sus propios aposentos. Tras el encuentro, Flora 717 se hará poseedora de secretos que podrían poner en riesgo la supervivencia de la toda colmena.
Con una gran imaginación la autora ambienta la realidad de una colmena de abejas sobre la que se cierne el peligro de la desaparición. La Reina, los diferentes tipos de obreras, los zánganos y sus enemigos naturales serán los protagonistas. El suspense correrá a cargo de las difíciles situaciones que se plantean para mantener a la Reina en las mejores condiciones. Con un escenario y una terminología que alude constantemente a una sociedad religiosa sectaria, se adorará la maternidad, el útero y la masculinidad que representan los zánganos. Los cuervos, las avispas, el hombre con sus pesticidas, los apicultores y las arañas serán constantes peligros para la supervivencia; pero la falta de unidad y la traición será lo que logre la destrucción con mayor violencia.
En el desarrollo de la trama la autora no intenta trasmitir una moraleja, al menos en una primera lectura. El lector tendrá ante él tan solo un cuento enmarcado con el prólogo y el epílogo que podrían dar razón del porqué de la historia.

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