1369

Juan Rey, profesor de la Universidad de Sevilla, poeta y autor de novelas históricas, en esta ocasión con el título de “1369” se refiere al año de la muerte del rey Pedro I de Castilla(1334-1369)a manos de su hermanastro Enrique en los campos de Montiel.
El relato se inicia en la ciudad de Sevilla, cuando al todavía adolescente Pedro, se le comunica el fallecimiento de su padre, el rey Alfonso XI, a causa de la peste negra contraída durante el cerco de la plaza de Gibraltar, en manos de los benimerines. La sucesión del monarca desencadena una serie de graves conflictos debido a la presencia, junto a Pedro I, como legítimo heredero de la corona, de los hijos bastardos habidos de las relaciones del rey con doña Leonor de Guzmán. Aunque en principio no se discutieron los derechos al trono del ya proclamado rey de Castilla, las intrigas de su madre María de Portugal y de su pariente y compatriota Joao Afonso de Alburquerque despertaron la animosidad de los nobles que consideraban perjudicados sus intereses. Los odios que separaban a legítimos y bastardos fueron utilizados para crear divisiones y luchas que, a su vez, renovaban los viejos agravios y humillaciones derivados de las relaciones del rey Alfonso con doña Leonor de Guzmán. Se desarrolla un largo proceso de guerras civiles, alianzas ocasionales, traiciones y cambios de bando en función de las conveniencias del momento, que afectaron a los diversos reinos cristianos de la Península. Tanto los musulmanes de Granada como portugueses, navarros y aragoneses aprovecharon las disensiones de la nobleza castellana para reclamar tierras en litigio, extender sus fronteras o bien firmar acuerdos ventajosos de orden político o económico. El autor sitúa al joven rey Pedro en el centro de una tormenta que abarca, desde las sangrientas rencillas familiares a las presiones de los reinos rivales, ciudades rebeldes, atentados y emboscadas que afronta con variada suerte. En defensa propia unas veces y otras movido por la ira o las pasiones, el rey no duda en eliminar, en persona o a través de sus fieles, a los que considera un obstáculo para sus fines. Aparece implicado en la muerte de su madre y del valido Joao Afonso, de varios hermanastros y nobles a los que acusa de traición, así como ordena pasar a cuchillo a los ciudadanos rebeldes a sus pretensiones. Juan Rey adopta una actitud comprensiva con los crímenes y errores del monarca castellano, mientras critica la duplicidad y cobardía de su hermanastro Enrique, al que acusa de asesinar de forma alevosa a Pedro con la ayuda del mercenario Beltrán cuando ya había vencido a su rival en lucha fratricida. La obra, escrita con el estilo de una crónica medieval, con ciertos matices líricos, propios de los cantares de gesta, incluye varias referencias negativas contra la influencia de sacerdotes y religiosos a los que acusa de fomentar el odio contra los judíos o de contribuir al triunfo de Enrique II Trastámara, al difundir las leyendas sobre las supuestas crueldades atribuidas al rey Pedro.

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