1917

Rex Arvin Wade (n.1936) catedrático de Historia de Rusia de la Universidad George Mason (Virginia, USA) presenta una nueva edición ampliada y puesta al día de su obra “1917, la Revolución Rusa” publicada en Estados Unidos el año 2005.
El tratado ofrece un análisis certero y documentado sobre las fases de la Revolución Rusa, iniciada en febrero de 1917, que desembocó primero en la disolución del Gobierno Provisional en octubre de ese mismo año para finalizar con el acceso al poder supremo de los Soviets formados por las asambleas de obreros, soldados y campesinos manipulados por Lenin y Trotski. El profesor Wade considera que, frente a la propaganda posterior difundida por el nuevo gobierno comunista de la Unión Soviética, la revolución no fue un movimiento espontáneo de la masas atraídas por las doctrinas marxistas, conocidas solo por un reducido número de dirigentes. La escasez de alimentos, las derrotas en la Gran Guerra y las medidas represivas del gobierno zarista, provocaron una reacción popular a la que se unieron miembros de la policía y del ejército. Las manifestaciones de protesta, que comenzaron en Petrogrado para extenderse más tarde a otras capitales, forzaron la abdicación del zar Nicolás II y permitieron crear el Gobierno Provisional, integrado por líderes de los diversos partidos: conservadores, demócratas, liberales y socialistas, encargado de substituir el régimen autocrático por un Estado respetuoso con las libertades y derechos de los ciudadanos. Sin embargo, como lo demuestra el autor con argumentos irrebatibles, las buenas intenciones de los revolucionarios no tardaron en ceder el paso a los sectores radicales que impusieron el marxismo según las teorías de Lenin. El instrumento utilizado fueron los “Soviets” hábilmente manejados por los bolcheviques a costa de sus más moderados rivales mencheviques. De este modo, según lo expone el autor, los ciudadanos rusos pasaron de la autocracia zarista a una dictadura férrea que acaparaba todos los resortes del poder en manos de una minoría dirigente dispuesta a eliminar cualquier disidencia sobre la doctrina oficial. La astucia de Lenin, ayudado por Trotski y Stalin, le permitió aprovechar el caos derivado de la amalgama de partidos y la indecisión de sus líderes para encauzar el descontento popular al servicio de sus ambiciones personales. Las consecuencias de este proceso revolucionario denominado “Comunismo Soviético” ejercieron una notable influencia sobre la historia posterior no solo de Rusia, sino también del resto del mundo, que ha padecido sus efectos negativos hasta la caída de la URSS a finales del siglo XX. El ensayo, que expone sus tesis con estilo mesurado y clarificador, permite conocer en profundidad la verdadera naturaleza del fenómeno revolucionario ruso impuesto de acuerdo con los planteamientos ideológicos del marxismo-leninismo. Doctrinas atractivas que sirvieron para justificar la existencia de regímenes opresores, algunos todavía presente en países como Cuba, Venezuela y Corea del Norte.

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