ALAS DE FUEGO. 3: EL REINO ESCONDIDO

La tercera entrega de las aventuras de los cinco dragonets que, según una antigua profecía, pondrán fin a la guerra entre los reinos de los dragones del mundo de Pirria, narra la llegada de los protagonistas al reino de los dragones llamados Alas Lluviosas, al que pertenece Gloria, uno de los miembros del grupo. Después del fracasado intento de permanecer bajo la protección de la reina Coral de las Alas Marinas, madre de la dragonet Tsunami, ahora intentan encontrar a la familia de Gloria y acogerse a su ayuda. Desde el momento mismo de entrar en el territorio al que se dirigían, observan que se trata de una región tropical, cuajada de árboles frutales tan variados como espléndidos. Allí la vida resulta fácil y cómoda por lo que los dragones que habitan este reino no participan en la lucha que enfrenta al resto de Pirria. Sin embargo, los dragonets se dan cuenta de que, si bien han sido acogidos de forma pacífica, a diferencia de lo que ocurrió con las Alas marinas, también es cierto que en aquella paradisíaca región reina una profunda indiferencia hacia el prójimo. Nadie se preocupa más que de sí mismo, no existen vínculos familiares y cuando empiezan a desaparecer algunos dragones el hecho no despierta la menor inquietud ni en la reina ni en sus súbditos. Gloria logra localizar a un dragón que parece ser su hermano pero no consigue saber quiénes son sus padres, porque allí todos los huevos son incubados colectivamente sin identificarlos de forma individual. La acción se centra en la implicación de los dragonets en buscar a los desaparecidos y en concienciar al resto de que tras estas ausencias inexplicables puede haber un peligro que amenace a todos y pueda llegar a afectar a su tranquilidad. La autora enlaza en la trama elementos típicos del género de fantasía con un trasfondo de carácter social que acentúa su interés al ir más allá de un relato meramente de acción externa. Gloria y sus compañeros se plantean la obligación ética de comprometerse a luchar para ayudar a los demás en lugar de dejarse arrastrar por la tentación de vivir sin preocupaciones ni riesgos y optan por seguir este camino, interiormente más satisfactorio.

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