ALEJANDRO ROMANOV

La azarosa vida del zar Alejandro I (1777-1825) inspira este relato novelado en el que interviene el escritor León Tolstoi (1828-1910) interesado en esclarecer la muerte del zar, cuya tumba, abierta años después de su entierro, se encontró vacía.
Ante las extrañas circunstancias que rodearon el fallecimiento de Alejandro, se difundió la leyenda de que había fingido la muerte y vivido oculto bajo la falsa identidad de Fiódor Kuzmich hasta su muerte ocurrida años más tarde. Basada en este episodio, la obra recoge una supuesta conversación entre un Fiódor que, ya anciano, explica a Tolstoi las razones que motivaron su desaparición de la corte imperial. Se despliega entonces el denso juego de intrigas que, dirigidas por Catalina la Grande, marcaron el destino de la dinastía de los Romanov. Los atentados, crímenes y desapariciones se suceden de forma misteriosa según la voluntad de la zarina madre, que no dudaba en sacrificar a sus familiares más directos para conseguir sus fines. Sitúa en el trono a su nieto el joven Alejandro I, zar con fama de ilustrado, que se opuso al invasor napoleónico y logró derrotarle. Los episodios narrativos, escritos con estilo desigual y modismos localistas del español de Argentina, se alternan con reflexiones filosófico-morales que reflejan con acierto la melancolía del alma rusa.
Silvia Miguens (Buenos Aires) ha publicado en su país biografías dedicadas a Isabel II de Borbón y Catalina la Grande.

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Primer capítulo