ASAMBLEA ORDINARIA

Asamblea Ordinaria es una novela realista de temática social, protagonizada en paralelo por tres hombres jóvenes, de edades similares, que tienen en común sólo una circunstancia: la de haber perdido su puesto de trabajo hace ya algún tiempo y no haber conseguido encontrar otro. Julio Fajardo Herrero (Tenerife 1979) licenciado en Filología Hispánica, ha trabajado en el ámbito editorial y pertenece al Consejo Ciudadano del partido político Podemos en Barcelona, donde reside.
La obra, tercera del autor, y ambientada en distintos lugares de España en el momento actual, refleja el alcance del problema del paro entre los afectados y cómo repercute en sus relaciones familiares y sociales. Ante una misma situación, los protagonistas reaccionan cada uno a su manera, de acuerdo con el carácter que le ha atribuido el autor, aunque en definitiva, pese a las diferencias de formación profesional, de raíces culturales o de entorno doméstico, los tres sientes idénticas inseguridades, desconciertos y miedos. La misma situación de crisis personal y laboral se convierte en el eje de la acción, diversificado en tres perspectivas independientes que no llegan a fundirse en ningún momento en un único hilo argumental. Confluyen, en cambio, en reflejar las condiciones políticas y económicas españolas que dieron lugar a que surgiera el movimiento juvenil de los “indignados” y al subsiguiente nacimiento del partido “Podemos” al que pertenece el autor. Desde el punto de vista literario, la novela cuenta con una estructura narrativa que no pasa de discretamente correcta, una ambientación que se recrea en detalles cotidianos poco relevantes y de mala calidad y con unos personajes tan poco definidos individualmente que incluso carecen de nombre propio. El estilo, que alterna la primera y la tercera persona, pero siempre en tono intimista sin dejar espacio a la forma dialogada, resulta discursivo y monótono, en tanto que persiste en utilizar un léxico vulgar, de escasa riqueza expresiva. La acción, ceñida a estrechos límites argumentales, se limita a tratar la inestabilidad en que están instalados los personajes, atribuida no tanto a la evidente falta de principios sólidos que su conducta habitual manifiesta, como a factores exteriores sobre los que parecen no tener ninguna responsabilidad. El autor no conduce la acción hacia ningún desenlace definido ni ofrece unas perspectivas esperanzadoras de ninguna clase, aunque uno de los protagonistas parece hallar cierto apoyo en las asambleas ordinarias de un movimiento para una nueva mayoría social.

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