ATENTADO

Atentado, la nueva novela de Juana Salabert, presenta una multitud de perspectivas e historias ante un escenario por desgracia demasiado conocido desde la entrada al siglo XXI. Se trata de un atentado terrorista de origen yihadista que empieza con el atropello de civiles por las calles de Finis (una ciudad ficticia, se intuye que está situada en el Norte de España) y culmina en la explosión del teatro "Nuevo Mundo", una joya de la ciudad.
Dentro de este lamentable suceso, la autora da vida a varios personajes que nos relatarán, a través de sus ojos, lo que está aconteciendo en cada momento. Es recalcable el gran detalle con el que se presentan las vidas de estos personajes, sus pensamientos, anhelos y esperanzas que, por desgracia, acabarán aplastadas por la triste realidad. Esta profundidad otorga al relato la capacidad de enganchar al lector y atraparlo en la misma esperanza que envuelve en todo momento la esencia del libro. La estructura del libro, dividido en dos partes, ayuda a comprender el espacio-tiempo en que ocurre la narración. El primer capítulo se sitúa cuatro horas antes del atentado. Se nos presenta a la tía de uno de los terroristas, que espera con ansias la llegada de su sobrino. La primera parte, centrada en la plaza que da al teatro, se focaliza en la vida de tres hombres, una niña de seis años, una policía (que acabará matando a uno de los extremistas) y el sobrino que aparece en el primer capítulo (parte de la banda islámica que comete el atentado). La segunda parte, acontece dentro del teatro, y complementa de una forma formidable los relatos previos. Aquí la narración sigue a una pareja extranjera, una de las guías del teatro y tres jóvenes. Además, vuelven a aparecer las voces de los terroristas, siempre de forma individual y relatos propios, lo que impide que se hagan generalizaciones acerca de los motivos por los que alguien puede llegar a cometer semejantes actos. Cabe mencionar que cada capítulo de la primera parte está dedicado a la vida en exclusiva de uno de los personajes presentados en la novela, estableciéndose así un vínculo con el lector que lleva a empatizar con la situación y ansía con fuerza que se resuelva la situación con el mejor desenlace posible. Asimismo, se intercambian las voces narrativas durante la historia, combinando la tercera persona con los pensamientos propios del individuo.
En ocasiones, la lectura es algo complicada de seguir. La autora, buscando el máximo detalle (importante para conseguir el efecto deseado de la narración), elabora frases largas, donde es fácil perderse si no se sigue el ritmo adecuado y hay que releer para entender el sentido buscado. Por otra parte, pese a la gran calidad literaria y la virtud con la que Juana Salabert presenta este relato triste pero real, no parece recomendable para personas con mucha sensibilidad y que puedan verse afectadas por atentados y muertes injustas.

TROA