AUTORRETRATO CON PIANO RUSO

El libro es una autobiografía ficticia de un pianista ruso exiliado en Viena. Wondratschek (Rudolstadt, Turingia, 1943), literato y filósofo con una obra que se extiende a muchos géneros, escribe esta novela para un público culto y que no busque acción sino, sobre todo, contenido.
En el Restaurante La Góndola, en Viena, un escritor encuentra a Suvorin, pianista ya en su ancianidad, enfermo y solitario, que se conforma con un cigarrillo -prohibido por su médico- y un vaso de agua del grifo, para ir exponiendo con calma a veces, con vehemencia otras, su vida y sus relaciones con otras personas, sobre todo músicos, dando ocasión a hacer un examen de la sociedad en sus momentos de éxito por todo el mundo.
En la numerosa colonia rusa en Viena, entre la que destacan los músicos, se da esa extraña mezcla de añoranza y visión crítica, que en este caso se vuelca sobre todo con el comunismo y en los estragos que hizo en el país y en la población, sus injusticias, su prepotencia, su ignorancia cultural, etc. La terrible falta de libertad, sobre todo, acusada por los artistas y que llevó a muchos al exilio. No faltan referencias a la peculiar fe de los rusos, mezclada con otras creencias y supersticiones populares, pero que llevan dentro del alma.
Suvorin que ha nacido en San Petersburgo fue educado desde pequeño para la música, que ya llevaba dentro, soñando con el piano; muy protegido y enseñado por su madre llegó a ser un gran pianista al que le molestaba que los aplausos, actitud mal interpretada por el sistema que acaba acusándole de no patriota. En la novela se van a desarrollar diversos argumentos musicales, breves, pero incisivos y van apareciendo desde los grandes pianistas, Gould, Richter, Leonskaya, Clara Haskil y chelistas, hasta compositores y poetas. Todo un rico universo, que le da ocasión al autor de hacer juicios sobre el arte, la belleza y la sensibilidad artística.
El Suvorin, ya mayor, sin esperanza, hace pasar toda una vida, llena de nostalgia y de tristeza, que le da al libro un tono peculiar, que atrae al lector con dos condiciones, que sea amante de la música y que tenga una cierta edad. Esto junto al lenguaje culto hace que esta buena novela no vaya a ser unánimemente recibida por el gran público.

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