BARCELONA NOIR

El director y guionista de cine Lluc Oliveras (Barcelona, 1977) centra los acontecimientos narrados en su novela Barcelona Noir en la agitada vida de un imaginario gángster que, supuestamente, dominó los bajos fondos de la Ciudad Condal a finales del siglo XIX.
La acción se inicia en la época actual, cuando Ismael Aymerich, heredero de una las familias más distinguidas y acaudaladas de la sociedad catalana, recibe de su padre, al cumplir 18 años, un manuscrito donde el abuelo Teodor recoge los acontecimientos más destacados de su vida. La lectura le causa al joven una desagradable sorpresa, dada la imagen de persona amable y afectuosa que conservaba del respetado promotor de la fortuna familiar. En sus memorias, el abuelo Teodor se muestra tal como fue en la cruda realidad, desde su nacimiento en la extrema pobreza el año de 1875, hasta convertirse en el cabecilla de una de las redes criminales más poderosas y violentas de Barcelona. Empleado desde la infancia en una fábrica textil, hubo de soportar el hambre, la miseria y los maltratos de un padre que gastaba en vino y mujeres el escaso jornal que reunían entre todos. Apenas cumplidos los 14 años, al repeler una agresión paterna, provocó de forma accidental la muerte de su progenitor y se vio forzado a escapar ante la amenaza de ser ingresado en un correccional de menores. Desde los pequeños hurtos de alimentos para sobrevivir, no tardó en pasar a robar carteras y bolsos que amplió a los atracos de mayor entidad al ingresar en una de las bandas del “Distrito IV”, considerado como el más peligroso de la ciudad. Acogido como pupilo en un afamado prostíbulo, su habilidad en los asaltos y su velocidad a la hora de escapar de la policía, le permitieron ascender a los primeros puestos directivos de los grupos o “collas” que operaban en los barrios de la zona habitada por la nueva burguesía industrial. Una vez completada la lectura de las memorias del abuelo surgen en la mente de su nieto Ismael sentimientos encontrados que van de la vergüenza al rencor hacia los adultos que, hasta ese momento, le ocultaron el origen corrupto de la fortuna familiar. Con estilo ágil y cuidada prosa el autor reproduce con fidelidad y realismo expresivo el ambiente y la mentalidad de los bajos fondos de una ciudad de contrastes entre la prosperidad de las zonas comerciales e industriales y la miseria de los barrios obreros, carentes de los más elementales servicios. Las escenas dedicadas a describir las técnicas utilizadas en los atracos, crímenes, venganzas y ejecuciones, pueden afectar la sensibilidad del público no habituado al género de novela negra.

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