BOHEMIA Y BARRICADAS

Cabría decir que Barcelona es el Berlín mediterráneo: una ciudad adelantada, vanguardista, llena de cultura, revolucionaria, e incluso surrealista. Pues bien, como demuestra Navarra en este ensayo, en realidad el auge de la ciudad es muy anterior. Navarra aborda la historia o, mejor dicho, intrahistoria de la ciudad, desde finales del siglo XIX justo hasta cuando concluye la Guerra Civil. La llegada del franquismo, señala, supuso el fin de la vitalidad de Barcelona.
En la ciudad catalana comenzaron desde un primer momento a darse cita los movimientos más progresistas de Europa. Un logro destacado fue la llegada del ferrocarril y la puesta en marcha de teatros y casinos. El autor se refiere, asimismo, al papel desempeñado por egregios catalanistas, que con sus aportes, tanto artísticos como económicos, ayudaron a que la ciudad despegara. Pero fue la Exposición Universal lo que marcó un antes y un después. El acontecimiento convirtió la localidad en el centro de corrientes como el modernismo (muy visible gracias a la arquitectura) o el novecentismo.
El éxito de Barcelona se percibe en tres dimensiones: en primer lugar, como se ha dicho, en el campo artístico y literario: desde ella, se difunden nuevas ideas, nuevas técnicas, nuevos estilos. Pero también, en segundo término, y asociado a la innovación cultural, Barcelona se convierte en el centro de la política revolucionaria. El libro repasa, en este sentido, el radicalismo que inundó sus calles, las huelgas y la fuerza del anarquismo, el comunismo y el sindicalismo. Finalmente, Navarra hace referencia al papel de escritores e intelectuales.
La obra no solo tiene un interés histórico. Ayuda a comprender la situación actual y el nacimiento del nacionalismo, así como la complejidad de gobernar una ciudad abierta al mundo y esencialmente innovadora.

TROA