CACAO EN CRUDO

Pascal, niño de diez años que vive con sus padres y dos hermanas en Guinea Ecuatorial, va a la escuela y juega con sus numerosos primos y amigos. Antes de cumplir once años, una banda de rebeldes armados asalta el lugar y acaba con sus pobladores. Pascal, herido, al ver que su padre ha muerto, se refugia en el bosque junto a otros chicos del pueblo, sin saber donde están su madre y sus hermanas. Tras andar errantes una temporada, Pascal y uno de sus primos caen en poder de un grupo guerrillero que les obliga a aprender a usar un AK-47 y a participar en ataques a poblados como el que ellos mismos sufrieron. Al morir su primo, el chico acude a un campamento de refugiados del que sale, engañado, para trabajar, en condiciones de esclavitud, en una plantación de cacao. La obra es un relato testimonial crudo y realista, aunque está escrito con cierta contención formal. El relato se centra en el durísimo proceso de transformación de un niño tranquilo y un tanto apocado, en un adolescente amargado, y desesperado. Cada noche evoca en tormentosas pesadillas el brusco final de su infancia y los crímenes que le forzaron a cometer, bajo el influjo de las drogas y el alcohol, como niño soldado. En la acción se entrecruzan, planos narrativos del lejano pasado feliz, con el mundo más próximo de la guerrilla junto al presente de abuso laboral para dar una imagen completa de una tragedia habitual en África a comienzos del siglo XXI. Bien escrita, con un protagonista verosímil y ambientación sobria y cuidada, la novela encierra evidente interés sociológico y humano y aunque trata de una tragedia muy triste presenta un desenlace abierto a la esperanza.

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