CADA CUAL Y LO EXTRAÑO

Doce relatos, uno por cada mes del año, todos distintos en protagonistas, trama y lugar y, a la par, con un estilo similar. Benítez Reyes deja que aflore cierta reflexión sobre el matrimonio que se viene a pique, sobre los besos adolescentes en el cine, sobre el padre del niño que se disfraza de rey mago: algo de nostalgia mezclada con ternura y unas gotas de sentido del humor. La forma puede sobre el fondo y Benítez Reyes se recrea en su estilo, a veces algo cargado o ampuloso. Las historias tienen lugar en la España de hace unas décadas y sus protagonistas tienen algo del polvo de los cines de pueblo: Benítez Reyes los trata con cariño y le gusta jugar a casualidades, a las vueltas de la vida, a engaños amorosos. La historia más explícita y larga es la que trata sobre el descalabro de un matrimonio y su juerga que roza la infidelidad: se titula El crucero y todos los demás. En ella adopta un tono más vulgar, más directo y lleno de una comicidad algo desalentada. La variedad sorprende y enriquece un libro breve pero denso, aunque los finales quieran resumir toda una vida en pocas palabras.

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