CARACAS MUERDE

La actual Caracas no es una ciudad cualquiera; es una urbe que gruñe, ladra, asusta, ataca y agrede. Una ciudad criminal que asfixia y tirotea a sus propios habitantes, que siembra miedo, angustia, ansiedad y desesperanza y que atraca a su propia miseria. Es decir, una “ciudad de cincuenta cadáveres apilados en la morgue de Bello Monte cada fin de semana. (…) Vivir en Caracas, vivir en Venezuela, vivir en estos primeros años del siglo XXI, equivale a disponer de dos turnos seguidos en una obligada ruleta rusa. O, peor aún, a que te toque al azar jugar a la ruleta venezolana (siempre que pierdas seguirás jugando)”. Caracas no es una capital cualquiera; es un espejo que refleja la desgracia que asola a un país.
Caracas muerde, del escritor venezolano Héctor Torres, es una estremecedora crónica literaria que retrata el caos existente en el régimen chavista y los crímenes contra la humanidad que se comenten diariamente: homicidios, secuestros, violaciones, desapariciones, encarcelamientos arbitrarios, torturas, amenazas, palizas, persecución política y otras injusticias. Venezuela, afirma el autor, es “un país que desayuna, almuerza y cena con dos temas invariables: los delirios de un pequeño emperador y la violencia circundante.”
Con una prosa ágil, este libro está tejido por treinta relatos breves que recorren los distintos distritos de la ciudad describiendo cómo sobreviven los personajes caraqueños (porque allí ya nadie vive) en su día a día. La normalización social ante los atracos callejeros, la carestía de alimentos y medicinas, la corrupción política y policial, la inflación económica, las expropiaciones, las condiciones infrahumanas en las cárceles, la persecución de los motorizados o las continuas balaceras son algunas de los escenarios que se viven en esta ciudad sin ley, en este país en guerra: “Olfatéala en el aire. ¿La sientes? Siempre está ahí. La Muerte es de los pocos servicios a tiempo completo que tiene este valle.” En definitiva, esta obra es una magnífica oportunidad para conocer a pie de calle la situación de la dictadura bolivariana.

Pablo Ortiz