CARPAS PARA LA WEHRMACHT

En la línea de su obra, Ota Pavel, periodista deportivo y escritor checo de origen judío, profundiza en Carpas para la Wehrmacht en su imaginario familiar. Sajalín editores reúne en este libro nueve relatos del autor que culminan con un epílogo extraído de Láska nebeská, libro del periodista y escritor polaco Mariusz Szcygie, gran admirador de Pavel.
El autor comparte algunas de las vivencias familiares con el tono humorístico que le caracteriza y que contrasta con la época en que les tocó vivir, primero bajo el régimen nazi y luego con el comunismo. El protagonista de la mayoría de las historias es su padre, comercial de electrodomésticos de la empresa sueca Electrolux, que busca de mil maneras posibles el modo de sacar adelante a su familia sin perder la esperanza a pesar de la crudeza de aquellos años. A veces sale escaldado, como cuando el médico del pueblo le vende un estanque con carpas sin decirle que tiene truco, pero otras veces no se arredra y sabe pagar con la misma moneda.
Es curiosa la mezcla de experiencias que propone esta selección y que refleja la manera de ser de la familia de Pavel. Por una parte, hay una serie de relatos hilarantes como el mencionado de las carpas, uno en que el padre de Pavel inventa un sistema muy poco efectivo para acabar con las moscas, su amistad con su jefe condicionada por la promesa de que un pintor amigo retratará a su mujer o la carrera que organiza por Praga para conmemorar la victoria comunista en las elecciones en la que el propio autor saldrá apaleado. Pero por otra, hay relatos en los que se pone de manifiesto la hambruna a la que fueron sometidas muchas familias en aquellos años. El padre de Pavel se ve obligado a saltarse la prohibición de cazar corzos pidiéndole incluso a su amigo Prosek su leal perro Holan. Acostumbrado a obedecer únicamente a su dueño, el can correrá detrás del padre de Pavel tras ver el brillo de sus ojos aderezado por unas palabras de súplica que el perro parece comprender perfectamente. Uno de aquellos venados cazados será el plato central del único banquete en mucho tiempo que les hará resistir a sus hermanos su paso por los campos de Terezin, Auschwitz y Mauthausen en los que serán sometidos a las marchas de la muerte a treinta grados bajo cero o para cargar piedras a temperaturas estivales extremas y “todas esas cosas bonitas que les habían preparado los alemanes”.
El epílogo de Szcygiel se titula “De cómo la vida puede vivirse como una fiesta”, la actitud vital de la familia Pavel abanderada especialmente por su padre, una persona con un humor y una tenacidad que ningún totalitarismo pudo abatir. La vida de los Pavel soporta primero la agresividad de la invasión nazi y la posterior decepción comunista cuya incoherencia termina con la esperanza que muchas familias tenían puestas en ella. A los Pavel les ocurre también pero su padre sabe volver a enfocarla en un lugar más protegido de la intemperie: su familia.

Álvaro Lucas