CAZADORES DE PIRATAS

Cazadores de piratas es una crónica dedicada al relato de las aventuras vividas por John Chatertton y John Mattera, expertos en la localización de navíos hundidos que lograron recuperar el Golden Fleece, barco del sanguinario pirata inglés Joseph Bannister hundido por la Royal Navy en las costas de Santo Domingo en 1689.
Robert Kurson recoge el testimonio de los dos personajes que, una vez logrado su objetivo, le encargaron dar a conocer el hallazgo que, por tratarse de una nave pirata no podía ser reclamado por ningún país al haber sido declarado fuera de la ley y condenado por la justicia británica. Al amparo del norteamericano Tracy Bowder, afortunado buscador de tesoros submarinos con licencia para operar en aguas de la República Dominicana, Chatertton y Mattera dirigen un equipo de expertos dotados de los últimos aparatos para detectar restos arqueológicos. Los expedicionarios se sitúan en la zona que las cartas marinas señalan como el lugar donde se supone fue abatido el Golden Fleece bajo el impacto de la artillería de las fragatas de la Royal Navy. Las operaciones, iniciadas en 2008, pusieron a prueba la resistencia de los buzos y la paciencia de los técnicos decepcionados por los repetidos fracasos y acosados por grupos rivales dispuestos a impedir el éxito de su empresa.
Durante las pausas obligadas por la falta de resultados, Chatertton se traslada a Sevilla para consultar en el Archivo de Indias referencias sobre la piratería en las peligrosas aguas del mar Caribe. Allí recoge datos sobre los abordajes y ataques violentos de filibusteros al servicio de la corona británica que afectaban gravemente el comercio entre España y sus colonias americanas. Gracias a los documentos históricos reunidos y a las numerosas incursiones s través de bahías, calas y playas, aparecieron finalmente los restos del navío pirata, hallazgo que convirtió a Chatertton y Mattera en figuras destacadas a nivel internacional de la arqueología submarina. El estilo ágil y ameno ofrece las emociones de un relato de aventuras en el que no faltan, además de los riesgos propios de los accidentes marinos, las asechanzas y conspiraciones de equipos rivales dispuestos a aprovechar los esfuerzos ajenos en beneficio propio. Las abundantes referencias sobre el llamado Siglo de Oro de la piratería (1670-1770) exponen datos de gran interés para los aficionados a este sector delictivo de la historia marítima.

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