CINCO DÍAS EN LONDRES, MAYO DE 1940

John Lukacs fue un historiador y escritor británico muy erudito y especialmente conocido por sus ensayos divulgativos. Era un especialista en la historia de la II Guerra Mundial y se han traducido al castellano bastantes obras suyas sobre el período y, en concreto, sobre la posición británica. En este ensayo refleja con sencillez y mucho dramatismo histórico uno de los momentos fundamentales de la contienda: la discusión en el seno del Gabinete de Guerra del Reino Unido sobre si debían negociar con Hitler para poner fin al enfrentamiento o continuar con el mismo.

Hay que tener en cuenta que, en ese caso, Churchill fue un visionario. Más allá de sus bandazos políticos, lo cierto es que la libertad del continente debe al premier británico su clarividencia sobre el peligro de los totalitarismos, en un momento especialmente complicado: en 1940, Francia había sido tomada y el ejército inglés había perdido en Dunkerke. No es extraño que, como se pone de manifiesto en muchos de los informes a los que tuvo acceso Lukacs, hubiera quienes pensaran que había llegado la hora de capitular, como Hallifax. Si así hubiera sido, la historia habría sido otra.

Churchill aparece en esta obra como el salvador de Inglaterra. Y en efecto, así fue. “Churchill veía a Hitler y su Reich como la encarnación de un mal profundo y peligroso: su brutalidad podía arrancar de orígenes muy antiguos, pero también tenía componentes muy modernos. Su visión le llevó a convertirse en algo más que el salvador de Inglaterra; esencialmente, fue el salvador de Europa en su conjunto”, afirma Lukacs.

La obra interesará a quienes les guste la historia, especialmente, la contemporánea. Puede ser también una lectura atractiva para los que desean conocer, de un modo novelado, cómo se tomaron las decisiones que llevaron a Europa a deshacerse de un demonio como Hitler. Una lectura muy recomendable para conocer cómo los totalitarismos pueden acabar imponiéndose si no hay estadistas con clarividencia suficiente. TROA.

TROA