CIRCULOS DE PIEDRA, CIRCULOS DE FUEGO

En torno a la biografía de la infanta de Castilla doña Urraca García (978-1038), hija del Conde García Fernández (938-995) y nieta de Fernán González (905?-970) la obra presenta un extenso panorama de las sucesivas guerras de los primeros condes castellanos contra los reinos vecinos y contra los ataques del Califato de Córdoba.
Con base en su capital, Burgos, Castilla se convierte en zona de frontera necesitada de asentar poblaciones capaces de alternar el cultivo de la agricultura y ganadería con la defensa armada de las tierras reconquistadas. García Fernández, heredero del condado y fiel a la política de su padre, crea núcleos de producción rural junto a monasterios y conventos que atienden y aconsejan a los campesinos. Creada la abadía de Covarrubias y la Colegiata de los santos Cosme y Damián, el Conde nombra a su hija Urraca como abadesa perpetua, cargo al que accede siendo apenas una niña. Llegada a su mayoría de edad Urraca muestra unas cualidades extraordinarias como gestora de los bienes patrimoniales asignados y administradora de justicia en los litigios que se someten a la autoridad eclesiástica. Acredita además notables dotes diplomáticas al mediar en las guerras civiles que enfrentaron a su padre, el Conde García Fernández, con su hijo Sancho García y el rey de Navarra. Nacido en Covarrubias, el historiador Luis Alonso Tejada logra, con estilo sencillo, exponer con realismo el papel histórico desempeñado por Castilla. El autor resalta cómo la unión entre la nobleza y el pueblo convirtió a una pobre región fronteriza en el reino más poderoso de la península.

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