CLEMENTINA Y LA EXCURSIÓN DE PRIMAVERA

En el séptimo episodio de sus aventuras, Clementina se dispone a participar en la excursión de primavera que organiza su colegio. El plan le gusta, pero su amiga Marga, una niña obsesionada por la higiene y los buenos modales, le advierte que cuando estén fuera de casa deberá esforzarse por no hacer ruido y procurar mantener la boca cerrada al masticar. A pesar de todo, el viaje resulta divertido e incluso Clementina encuentra el motivo de que el autobús en que viajan huela tan mal. La obra pone de manifiesto la importancia de la limpieza pero sin incurrir en exageraciones absurdas como ocurre en el caso de la amiga de Clementina y lo mismo hace con su preferencia por la alimentación vegetariana. La acción, muy sencilla, se basa en las complicaciones propias de la vida corriente, tratadas desde una perspectiva de optimismo y sobre todo de humor. Clementina procura compaginar estudios y aficiones para disponer de tiempo para todo y poco a poco se va preparando para le llegada de un nuevo miembro al clan familiar. La curiosidad por lo que le rodea canaliza su atención, hasta el punto de olvidar los pequeños inconvenientes de una convivencia más estrecha de lo habitual. Al volver a casa, las amistades escolares adquieren un tono más relajado y la protagonista consigue, incluso, averiguar los trucos de los que se sirve una compañera que acaba de incorporarse a su clase pera hablar un divertido lenguaje secreto. En definitiva, la experiencia resulta positiva y el miedo a ser reprendida por hacer ruido al comer se manifiesta infundado.

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