CRUCES. HISTORIA DE DOS ALMAS

Cruces. Historia de dos almas es una novela de Alex Landragin que destaca por la peculiaridad del tema y la originalidad de la estructura narrativa ya que el libro se puede leer de dos formas: una la convencional, desde la primera a la última página, y otra a través del relato de la baronesa, uno de los personajes. Se trata de una apuesta original a modo de juego literario dividida en tres partes cuyo marco temporal se extiende a lo largo de cincuenta años y a través de siete vidas. La primera, titulada ‘Educación de un monstruo', arranca cuando París está a punto de ser ocupada por los nazis. Allí, un judío alemán, con rasgos de demencia, se dedica a la encuadernación y un día se encuentra con un curioso manuscrito llamado Crossings que reúne tres narraciones muy originales y que se pueden leer de forma alternativa. La primera es de tipo fantasmal y gira en torno a una niña analfabeta. La siguiente pertenece al género negro y gira en torno a un personaje, Walter Benjamín, un hombre obsesivo que se enamora de una escritora. Se abre ahí una trama de intriga relacionada con misteriosas sociedades literarias que requieren la intervención de la policía, corrupta en ocasiones. Por último, una mujer que se ha convertido en reina revive sus memorias en una autobiografía fantástica que abarca siete generaciones. El autor conecta estos relatos entre sí e incluye magia, misterio, fantasmas, así como un extraño erotismo con numerosas descripciones, lo que el autor denomina cruces o uniones entre seres humanos, cuerpos que dan lugar a reencarnaciones y nuevas existencias. Este intercambio es constante en la novela a través de extraños amoríos, y en esta línea, está muy presente la emblemática figura de Sherezade. La última parte titulada ‘Cuentos del albatros' reúne diversos relatos, siempre en la misma línea fantástica. Sin duda, se trata de un libro escrito con imaginación desbordante pero su lectura puede resultar desconcertante al lector ya que se trata de una fantasía llevada al extremo que incluye secuencias grotescas. De fondo se advierte cierto nihilismo existencial ya que el alma humana y la persona quedan desdibujadas al producirse tantos cruces, reencarnaciones y cambios de personalidad. La novela en muchas ocasiones resulta desconcertante por las extrañas relaciones entre sus personajes, y el planteamiento existencial que describe. Su lectura resulta minoritaria.

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