CUENTOS DE HADAS (LARRAD EDICIONES)

Hay cuentos de hadas, estudios sobre los cuentos de hadas y estudios sobre los estudios de los cuentos de hadas. A esta tercera clase pertenece este libro académico que, como decía Tolkien en su ensayo sobre la cuestión que la autora inglesa cita con frecuencia, no se fija en el sabor de la sopa, o en lo que nos gusta la sopa, sino en los huesos con los que se hizo.
Se citan en él todos los grandes recopiladores de cuentos y de los grandes autores que, metiendo la cuchara en el gran recipiente de mitos, fábulas, apólogos, poemas épicos, relatos bíblicos, cuentos maravillosos orientales, etc., compusieron relatos originales que pasaron a ser también considerados como cuentos populares. Se advierte al principio que, frente a los propósitos de los Grimm y de tantos recopiladores decimonónicos, los cuentos de hadas “no tienen más sentido de la nacionalidad o de la lengua materna que las mariposas y los vencejos y han demostrado ser emigrantes recalcitrantes y reincidentes, siempre colándose a través de las fronteras (en una y otra dirección)”.
Pero lo que la autora quiere mostrar es, sobre todo, la “constante reinvención y repoblación de la tierra de las hadas” y las explicaciones de muy distinto tipo que se les han ido dando para explicar su naturaleza y sus propósitos: habla de historiadores sociales que han acudido a estos cuentos en busca de pruebas sobre las condiciones de vida en el pasado; de autoras que han intentando poner de manifiesto el contenido erótico latente de muchos; de cómo se los llegó a considerar una herramienta formativa para los niños; del interés de psicoanalistas y psicólogos en sus contenidos, que ha dado lugar a tantos libros de autoayuda; de las feministas enfadadas con el veneno que les parece que contienen y de sus intentos de volver a narrarlos…

Luis Daniel Gonzalez