CYBORIA. ÚLTIMA ESTACIÓN: FIN DEL MUNDO

Segunda novela de la serie “Cyboria” que transcurre en una imaginaria ciudad supertecnificada, cuyo diseño fue realizado a comienzo del siglo XX como un proyecto secreto.
Los acontecimientos relacionados con la Segunda Guerra Mundial interrumpieron los planes aunque los descendientes de los creadores recibieron el encargo de llevarlos a término. En este episodio el protagonista, un adolescente de Pisa, intenta llegar a Cyboria, donde ya se encuentra su joven tía, Medea. Le ayuda en su trabajo una chica de su edad y la madre de ésta, que resulta ser descendiente de uno de los promotores de Cyboria y, además, agente secreta británica. La obra es una fantasía futurista de anticipación tecnológica, en cuya concepción es fácil apreciar influencias de los juegos de rol y de los guiones para videojuegos, que también escribe el autor. Más dinámica y menos literaria que su primera parte, la trama se basa en las continuas situaciones de peligro a las que se enfrentan los personajes, tanto humanos como robots, lo que les lleva a mantenerse en movimiento de forma permanente. Su deseo de llegar a Cyboria se entrelaza con el propósito de desarticular una banda terrorista que desea restaurar en Francia un imperio que se denominaría Neonapoleónico. Marcada por la inverosimilitud y la falta de contenido de fondo, la novela está bien escrita aunque su argumento no pasa de ser una sucesión imaginativa de aventuras que entretiene, pero dejan un recuerdo poco perdurable. La conducta de los protagonistas, aunque a veces crean justificado el recurso a la mentira, es, en general, correcta en la defensa de ideales nobles, frente a las malvadas intenciones de sus enemigos.

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