DIARIO DE DAN. 2: ¡NO DAN NI UNA!

La segunda entrega de su diario presenta a Dan al final de unas largas vacaciones de verano, muy contento de empezar el curso en el instituto. Su alegría se debe a que ha sobrevivido a tres semanas en casa de su tía Gilda que vive en el campo, un lugar atrasado en el que no dispone de internet. El segundo motivo de alegría es que su hermano mayor, con el que no se lleva muy bien, ha salido a estudiar fuera del país. Sin embargo, a medida que avanza el curso, las cosas se complican y el futuro no resulta tan prometedor como cabía esperar. El nuevo profesor de matemáticas es muy severo y en casa no dispone de la habitación de su hermano, ocupada por un chico extranjero en régimen de intercambio estudiantil. La obra continúa fielmente la línea del título precedente y presenta al protagonista como un niño normal que no destaca por nada ni para bien ni para mal. Sin ser demasiado estudioso tampoco es un mal alumno y en casa no resulta problemático, pese a que intenta esforzarse lo menos posible. Dan se equivoca muchas veces y comete errores pero sin mala intención. No se amarga con sus fracasos, tanto en clase como en las actividades deportivas que, realmente, no son su punto fuerte. El tono humorístico en que él mismo, en primera persona, narra las peripecias de su vida cotidiana es divertido y responde adecuadamente a la mentalidad de alguien de su edad. Amable y correctamente redactado, este diario describe con acierto un amplio surtido de pequeñas anécdotas cotidianas que reflejan un entorno escolar y familiar estable que sirve de marco a las inquietudes propias de quien, como Dan, se acerca a la adolescencia.

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