DIOS EXISTE

El escritor, periodista y presentador de radio Miguel Pedrero experto en fenómenos paranormales, ha elaborado un extenso reportaje en el que acepta existencia de un Dios Creador y defiende igualmente la realidad de un mundo inmaterial y trascendente.
La obra aporta en los capítulos iniciales los datos que muestran la evidencia racional y científica de la presencia de un primer motor o inteligencia suprema ordenadora del Cosmos y sustentadora de las fuerzas de la naturaleza de acuerdo con unas leyes infalibles. Niega que nuestro mundo se formara a través de una materia inanimada que dio lugar a los orígenes de la vida en sus diversas expresiones. Cita el testimonio de algunas de las grandes figuras de la química, la física o la biología modernas que, como Albert Einstein o Max Planck, pese a no figurar adscritos a ninguna confesión religiosa, reconocieron la presencia de un principio desconocido en el origen del mundo que nos rodea. Se trata de presentar la imagen, en la misma línea de las cinco vías de Santo Tomás, de un Dios omnipotente que premia las buenas acciones de los hombres y los admite ante su presencia al finalizar su camino en la tierra. En la segunda parte, la obra reúne una amplia selección de testimonios a cargo de una serie de personas, hombres y mujeres de diversa condición cultural y social, que afirman haber traspasado el más allá para regresar a la vida después de su muerte aparente. Todos ellos declaran haber visitado un maravilloso mundo inmaterial, lleno de luz y poblado de ángeles donde se sintieron plenamente felices. A partir de ese momento, la obra adquiere un carácter irreal que se refuerza con relatos de dudosa veracidad, atribuidos a visionarios, médiums o espiritistas, que, supuestamente, llegaron a establecer contactos habituales de ultratumba con familiares o amigos fallecidos. En las entrevistas los personajes aparecen identificados con fotografías, además de nombre y apellido, dispuestos a referir los detalles de las apariciones, que el autor presenta como reales aunque en numerosas ocasiones más bien parecen el resultado de alucinaciones carentes de valor probatorio. El reportaje puede resultar interesante para los aficionados a los misterios esotéricos pero también puede confundir a personas crédulas de buena fe, sin los debidos conocimientos sobre una materia en extremo delicada, que supera los límites de la capacidad de comprensión del ser humano.

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