DOPPLER

En la portada de Doppler, sobre un fondo verde billar aparece dibujado, como en un comic, un hombre que hace una pirueta con los pies en alto. La portada responde a una historia bienhumorada, socarrona y algo esperpéntica. El protagonista, Doppler, es un hombre excéntrico. Tiene mujer, hijos y trabajo y vive en una casa en la que han hecho mejoras, pero un día sale al bosque… para no regresar. Desde entonces duerme en una tienda de campaña y, para subsistir, al comienzo de la novela mata con un cuchillo a un alce y en otras ocasiones, cuando el hambre apremia, roba para comer. Su mujer va a verle alguna vez e intenta que regrese. Necesita su compañía y su sueldo. Pero él no tiene intención de volver, tampoco cuando su mujer le dice que está embarazada. El autor nos presenta un Doppler que rechaza la vida ordenada y el buen camino, pero en el que pesa la muerte de su padre, y que a lo largo de la narración enlaza de nuevo con su hijo menor Gregus.
El noruego Erlend Loe (Trondhein 1965) ha escrito una novela muy simpática, con humor irónico y una cierta ingenuidad (a su estilo se le ha llamado por este motivo naif). Es una narración amena, desenfadada y provocadora, algo maleducada, que se lee con facilidad y que en cierto sentido sugiere la posibilidad de una vida ácrata, sin normas ni compromisos. Pero esa vida supone también la evasión de los lazos familiares y de las ataduras que supone el trabajo o la convivencia en sociedad. Detrás de ese relato atípico, que es una sátira, Erlend Loe retrata el vacío existencial de muchas personas en la sociedad actual. Algo que ya hizo en Naíf. Súper, su libro más conocido, cuando solo tenía 26 años. Doppler encubre una crítica al sistema, a la sociedad de consumo y a la vida cómoda a base de cierto sarcasmo y una llamada a la reflexión.

Carmen Juste