EL ALMA DEL VIOLÍN

Marie Charvet, nacida en Francia en 1971 en el seno de una familia de músicos, estudió en el Conservatorio de Música de Estrasburgo dedicándose al violín con éxito. Los conocimientos musicales y estudios literarios posteriores le han llevado a iniciar su etapa narrativa con “El alma del violín”, una novela coral con buenas intenciones, fácil de leer y que pone de manifiesto los conocimientos de la autora sobre el mundo de la música. Cuatro son los protagonistas de la novela, cada uno con su propia historia en distintas épocas y en torno a un violín. Los capítulos se van alternando y sucediendo con cada uno de ellos.
Todo comienza en Brescia, una población al norte de Italia a principios del siglo XVII, donde Giuseppe trabaja como lutier en el taller del célebre Giovanni Maggini. Sus violines son magníficos, pero su jefe no duda en responsabilizarle del robo que sufre el taller haciéndole caer en desgracia y apartándole de la fabricación de los instrumentos. Sin embargo, Giuseppe no dejará de intentar construir el mejor de los violines en su pequeña buhardilla. Siglos más tarde en París, en un campamento de gitanos, el joven Lazlo toca de forma prodigiosa el violín que siendo niño le regaló su tío y que pertenecía al clan familiar desde hacía décadas. Corre el año 1931 y es la única manera que tiene Lazlo de ganarse la vida al carecer de la habilidad que los demás gitanos tienen con los trapicheos comerciales con los que mantenerse. Ya en pleno siglo XXI, Lucie intenta salir adelante como puede en París como pintora. Para sus padres y para ella misma es una fracasada, pero su abuela la anima a volcarse en sus cuadros y le regala un violín de la familia de gran valor que con su venta podría dar un empujón a su carrera artística. Por su parte, Charles, un exitoso financiero, apasionado de la música, intentará localizar el instrumento con el que una joven violinista ha conseguido que sintiera las mayores emociones.
Marie Charvet intenta contar una historia que podría resultar interesante, pero a la que le falta fuerza. Los protagonistas están poco elaborados y los cuatro siguen la misma línea de frustración y sentimientos sin conseguir un perfil psicológico sólido y bien perfilado.
La novela es entretenida y puede gustar a un público general poco exigente.

Encarnita Herraiz