EL ANILLO DE LA VERDAD

Roger Scruton, además de filósofo, es un apasionado de la música clásica y ha escrito varias óperas. Su interés por Wagner es, por tanto, doble: de un lado, le interesa como uno de los principales compositores de la historia de la música y, por otro, busca adentrarse en su obra, en concreto, en El anillo del nibelungo, para analizar su temática filosófica. La obra sirve también para acercar al lector la obra de un músico que, por su apropiación nazi, no goza de mucho prestigio.
En efecto, lo primero que hace Scruton es salvar las distancias entre el Wagner que ha pasado a la historia y que despierta, comprensiblemente, muchas antipatías, del Wagner menos ególatra y más sensible. El pensador inglés aprovecha para situarlo en su contexto, en la perspectiva de la historia alemana, y señala, acudiendo a las últimas investigaciones, que el Wagner real es menos agresivo que el que después ha conformado el mito histórico.
No es la primera vez que Scruton reflexiona sobre esta obra de Wagner: ya habló de ella como inspiración para otros de sus libros; en concreto, se refirió a su fondo mítico en su ensayo sobre la naturaleza humana. Es interesante que Scruton haya dejado el aparato de crítica musical, al que solo podrán acceder los expertos, para el final, aunque es evidente que para poder comprender todo lo que indica es necesario tener formación musical.
Pero, más allá de la música, los nibelungos sirven para plantear una compleja serie de preguntas filosóficas. Según Scruton, temas como el amor, la muerte y la libertad fueron los que Wagner intentó dramatizar y, a su juicio, expresar mediante la música verdades humanas imperecederas. A través de una rica simbología, los dioses y personajes que aparecen en la obra wagneriana son personificaciones de los ideales y aspiraciones humanas. Así, para Scruton el arte es una forma humana para comprenderse.
Se trata de una obra profunda, compleja, que no interesará a todo el mundo, pero que desvela la forma en que el arte sirve para expresar la rica condición del hombre. Troa.

TROA