EL APICULTOR DE ALEPO

El matrimonio formado por Nuri y Afra vive plácidamente en Alepo con su hijo Sami. Nuri, poco a poco, conoce el mundo de la apicultura gracias a su primo Mustafá, experto apicultor con varias colmenas en propiedad y Afra es una artista de gran sensibilidad. Su día a día transcurre con normalidad hasta que la guerra de Siria les obliga a huir de su hogar y emprender el viaje hacia la anhelada Europa, sueño perseguido por miles de inmigrantes y desplazados.
Mustafá va por delante con su mujer Dahab pero el camino de los protagonistas de Nuri y Afra será más arduo y pasará por estar largo tiempo en una Grecia repleta de personas en su misma situación, procedentes de diferentes países, un crisol de razas y culturas. Todos y cada uno de ellos tienen una historia personal que en los centros de refugiados pocas personas parecen querer escuchar. La burocracia se presenta como un obstáculo imposible de eludir y la desazón es muy difícil de aceptar si además se agudiza con dramas personales de índole múltiple: abandonos, violaciones, abusos de menores, pérdida de seres queridos.
En esas circunstancias, la fortaleza de Nuri comienza a debilitarse al mismo tiempo que Afra sufre una ceguera repentina debida a una experiencia traumática. Solo la correspondencia esporádica por email con Mustafá mantiene viva su esperanza de lograr llegar al paraíso occidental. Ya en Londres, Mustafá le habla a Nuri de que a pesar de las distintas condiciones climatológicas y florales, las abejas allí también consiguen hacer la miel y endulzar el mundo.
Los padres de Christy Lefteri, autora de El apicultor de Alepo, son grecochipriotas que se establecieron en Londres huyendo de la invasión turca en 1974. Ella nace en la capital inglesa donde estudia para ser profesora de Educación Secundaria al mismo tiempo que da rienda suelta a su afición por la escritura. En el verano de 2016 se cruzan en su vida dos anhelos personales, su preocupación por los inmigrantes desfavorecidos y sus propios orígenes, cuando viaja a Atenas para trabajar como voluntaria en un centro de refugiados. Esta novela es un testimonio de lo que la autora vivió aquellos días y de los cientos de familias de cuyas luchas, tragedias y alegrías fue testigo.

Álvaro Lucas