EL BIBLIÓTAFO

El Bibliótafo es un relato breve, inédito hasta hora en España, fechado en 1898. El crítico y profesor universitario norteamericano León H. Vincent (1859-1941) reconstruye en sus páginas la figura de un curioso coleccionista de libros que los compra no por afición, como el bibliófilo, sino con la avidez de atesorarlos más que de leerlos. Su buena situación económica le permite gastar elevadas cantidades de dinero en volúmenes que luego guarda no en una biblioteca ordenada, sino en grandes almacenes, donde metafóricamente los entierra, de ahí su denominación de bibliótafo, en oposición a bibliómano.
La obra, escrita en clave de humor, presenta a este “cazalibros” como un personaje simpático, erudito y generoso, físicamente muy activo. Su depósito de libros, situado en el condado de Westchester, fascinaba a los aldeanos, que no entendían que un local como aquel no tuviera la misma finalidad comercial que los demás de su entorno. Calificado por sus vecinos de “evangelista político”, debido a su actividad de conferenciante, le consideraban una persona divertida y extravagante pero curiosa e inofensiva. El autor se divierte y hace sonreír al lector, caricaturizando en el protagonista a quienes se afanan en poseer ingente cantidad de volúmenes pero no muestran el mismo interés por absorber su contenido. Como buen erudito, se interesaba más por los autores que por sus obras y sabía contar ingeniosas anécdotas sobre ellos de forma tan amena que hacían muy grata su conversación. En lugar de llevar la existencia reposada del lector que prefiere viajar con la mente, el bibliótafo va de un sitio a otro de continuo, armado de catálogos bibliográficos en busca de ediciones raras, con auténtica pasión de enterrador de tesoros que llegaba al máximo cuando estos llevaban un autógrafo del autor. La trayectoria del errático personaje, descrita con el detalle de un naturalista y la ironía de un caricaturista, resulta un divertimento original y bien escrito, por medio del cual Vincent invita a reflexionar sobre las motivaciones tan distintas que impulsan a los clientes del mercado editorial.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa