EL CAMINO DE LOS DIFUNTOS

El camino de los difuntos es un breve texto autobiográfico de François Sureau, abogado francés que en su trabajo evaluaba las peticiones de asilo político que se presentaban al gobierno de su país. En la década de los ochenta, Javier Ibarrategui, ex militante de ETA durante el franquismo, ya arrepentido y que incluso había condenado el asesinato de Carrero Blanco, pidió seguir residiendo en Francia ya que pensaba que corría peligro al regresar a España, a pesar de que ya se había instaurado la democracia, a causa de la actividad del GAL, muy activo en aquellos años. La cuestión se dirime en varias sesiones presididas por George Dreyfus, en las que, tras una serie de dudas debido a que Sureau es un jurista responsable, defensor de la ley y de los derechos humanos, se decide repatriar al ex etarra. Al cabo del tiempo, Sureau lee en la prensa la noticia de que Ibarrategui ha sido acribillado a balazos por los GAL. Desde ese instante, el recuerdo de lo ocurrido con este hombre le acompañó durante toda su vida.
El libro ofrece una reflexión en torno a una historia real y abre el debate sobre las consecuencias de nuestros actos y decisiones, en este caso de tipo jurídico. Sin inclinarse por ningún lado desde el punto de vista ideológico ni político, Sureau plantea un tema que apela a la conciencia del legislador y de todo aquel que debe tomar decisiones. La obra, de pocas páginas, resulta un intenso testimonio muy bien escrito y narrado con la viveza de lo vivido en primera persona.
François Sureau (Paris, 1957) es jurista de formación y escritor.

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